ISLANDIA: Agosto 2010


Después de un intento fallido en el 2009, que se quedó en nada porque el presupuesto se disparaba y además ya no había granjas disponibles, en la agencia que estábamos mirando, este año lo hemos hecho con tiempo y en marzo del 2010, a la vuelta de Semana Santa, empezamos a ver como podíamos abaratar costes y cumplir nuestro sueño de ir a Islandia. Uno de los viajes más bonitos que hemos hecho hasta ahora. Quizá es lo mejor a la hora de viajar, no esperar nada, y encontrarlo todo. Eso nos pasó con Islandia, os animo a descubrirlo porque es un país increíble.

Navegando en Internet descubrimos que una manera más barata para alojarnos que las granjas que ofertaban en las agencias de viajes, o los hoteles, hay una cadena de hoteles en Islandia que se llama EDDA que realmente son residencias de estudiantes en invierno, ya que aquí los inviernos son muy duros y solo tienen una carretera que da la vuelta a la isla, por lo que los estudiantes pasan todo el invierno en régimen de internado, en verano aprovechan estos alojamientos, ponen una recepción y los turistas nos podemos alojar en unas residencias estupendas, muy bien situadas en las zonas más visitables por un precio más o menos decente, el baño es compartido pero no tuvimos ningún problema de aglomeraciones, las habitaciones son muy grandes con un escritorio, un lavabo y un par de camas, era como volver a nuestra época de estudiantes. :D

Tienen una pagina Web estupenda donde puedes hacer todas las reservas, e incluso pedir un pasaporte para el verano, donde te hacen descuentos por cada noche de alojamiento, según las noches te regalaban desayunos o noches gratis.

La página por si os interesa es http://hoteledda.is/es . Además está en español que eso facilita mucho las cosas a los que usamos justito el ingles. Las habitaciones dobles salen por unos 60-80 euros, dependiendo de los sitios, pero tienen en casi todos los sitios interesantes, el resto de hoteles que necesitamos en las zonas donde no había EDDA los saque de la pagina de Hotels.com

El vuelo era directo desde Madrid, así que un gustazo, porque para mí, lo peor de los viajes, es pasar horas interminables en los aeropuertos para hacer los trasbordos.

El vuelo salía las 23.25 y llegaba a las 01:50 a Islandia, después de haber estado el año anterior en Canadá este viaje en avión era un paseito. Nos salió más o menos por 400 euros

Lo más caro fue el coche, pero teníamos claro que tenía que ser un 4x4 porque no pensábamos restringirnos a la única carretera islandesa, queríamos hacer pistas, internarnos por los volcanes, e incluso pasar ríos, que yo que no soy muy aventurera me daba un poco de terror, pero con mis compañeros de viaje era algo inevitable, estaba claro que al final lo haríamos.

El coche nos salió por unos 2750 euros, pero bueno, éramos 4 a repartir y no había más remedio si no queríamos limitar las zonas a visitar.

Para finales de marzo ya teníamos todo reservado y entonces estalló el pánico, no se le ocurre nada más que al volcán de nombre impronunciable, el Eyjafjallajokull,el 14 de abril ponerse en erupción, los aeropuertos de toda Europa paralizados por las cenizas del volcán y nosotros entre la incertidumbre de cancelar el viaje y la emoción de que para cuando fuéramos en Julio siguiera en erupción. Al final ni una cosa ni la otra, la cosa se normalizó y para cuando llegamos a finales de julio solo quedaban los paisajes negros alrededor.

Día 24 de julio de 2010 MADRID-REIJKIAVIK

Llegamos a Reijkiavik sobre la hora prevista, salimos de Madrid a las 23.25 y llegamos a las 01.50, no es un aeropuerto muy grande y sin problemas recogimos el coche, habíamos avisado al hotel de que íbamos a llegar muy tarde pero nos habían contestado que sin problemas, que alguien estaría esperándonos. El hotel estaba como en una zona a las afueras de Reikjiavik, junto al zoo, una media hora andando, pero a pesar de ser la capital de Islandia es muy pequeña y al final todo esta cerca.

Además como en verano tienen todas las horas de sol a pesar de llegar a las 2 de la mañana todavía no estaba oscuro.

El hotel muy confortable, sin grandes lujos pero muy bien. Nos fuimos a la cama y al día siguiente empezaría nuestra aventura.

Día 25 de julio 2010- REIJKIAVIK

Cogimos el coche hacia el Blue Lagoon (La laguna azul) que está a unos 50 km de la capital, son unas piscinas de agua caliente que son el desagüe de una central térmica cercana, tiene unos paseos por la laguna exterior, y un edificio donde están las piscinas donde te puedes bañar, pero habíamos visto otras en otra zona de Islandia y decidimos darnos el chapuzón en esas.



Después nos fuimos hacia la zona de Grindavik en la punta de la península de Reikjanes. La zona es Hverir, allí hay unas charcas de lodo burbujeante. Es impresionante el olor a azufre que hay entre las pozas, no dejaríamos de olerlo en todo el viaje.



Llegamos hasta la punta de la península donde había un faro y unos acantilados, Reijanesta.

Seguimos con el coche hacia Graenavatn donde hay un gran lago de color azul turquesa.


En Krisurvik hay más pozas burbujeantes y unas pasarelas que trascurren a través de ellas y puedes ir viendo como el lodo de los más diferentes colores va haciendo burbujas de diferentes tamaños.



Seguimos a Kleifarvatn donde hay otro lago con unas piedras de formas curiosas en las orillas.

Volvemos a Reijkiavik y nos damos un paseo por la ciudad, hay un gran lago, lleno de gaviotas y nos vamos hacia el puerto a ver el monumento al barco vikingo en versión moderna. Curioso.



Es una ciudad de casas pequeñas, poco tráfico, y algunas tiendas de souvenirs.

La catedral es también de estilo moderno se llama Hallgrimskirkja, esto es lo más difícil de organizar el viaje por Islandia, acordarse de todos estos nombres impronunciables.


Día 26 de julio REYKJAVIK – HELLISSANDUR (320km)

La carretera 1 que cogemos en dirección Varmaland/Blonduos/Akureyri, a unos 17 km llegamos a Varmaland donde cambiamos otra vez de carretera y cogemos la 50 rumbo Reykholt, aquí cogemos la 519 que nos lleva directamente a Hraunfossar y Barnafoss.

Hraunfossar es una serie de cataratas que aunque no tienen mucha altura, su principal característica es que aparecen no desde lo alto de una roca si no que el agua sale de entre las rocas a lo largo de cientos de metros. Barnafoss (La cascada de los niños) es una pequeña catarata río arriba.



Vamos en dirección a Budir, pero vemos un autobús que va hacia una zona que echa humo y decidimos seguirle porque tenía pinta de algo para ver, llegamos entonces a Deildartunguhvr, una zona donde había un río de agua caliente y había algunas pozas que estaban a unos 100º de temperatura y veías como saltaba el agua caliente.


Desviándonos por una pista llegamos a un volcán extinguido Eldborg, y después seguimos hacia Budir y llegamos a unos acantilados que son como láminas verticales y se llaman Gerduberg. Allí cogimos una pista para ir a ver otro volcán cercano.



Llegamos a Budir que tiene una playa grande y estuvimos dando un paseo por la zona pasando entre rocas negras volcánicas.


Seguimos al glaciar de Snæfellsjökull donde situó Julio Verne la entrada al centro de la tierra. Subimos con el coche por una pista y los ojos cerrados, porque realmente era una pista terrorífica cuesta arriba, y el coche inclinado casi para volcar. Era la primera vez que poníamos la tracción 4x4. Pero una vez que llegamos arriba, merecía la pena el susto, se veía el glaciar desde una gran altura y toda la bahía.


Al bajar empezamos a ver Yaris por la pista y pensamos que habíamos hecho el tonto pagando la pasta que pagamos por el 4x4, desde entonces usamos la mítica frase de “donde no llegue un Yaris” pero realmente no tenemos pruebas de que llegaran hasta arriba, en teoría estaba prohibido a los coches.

Descendimos de las alturas y continuamos la carretera hacia Arnastapi un pueblo pesquero muy pequeño pero con una preciosa costa, llena de acantilados, donde tomamos contacto por primera vez con unos pájaros “asesinos” que hay por Islandia, incluso hay señales de trafico indicando “pájaros que atacan” suelen estar puestas en las zonas donde anidan y damos fe de que atacan, paseamos por los acantilados y casi se comen a Nacho mientras el intentaba sacar fotos.


Seguimos la carretera y llegamos al acantilado de Malarrif donde hay unas rocas con formas muy curiosas.



Nacho traía preparada una ruta de faros y nos acercamos al primero de ellos, una tachuela de color amarillo en Skardsvik.


Llegamos a Hellisandur y nos alojamos en el hotel Hellisandur, hotel funcional, sin más, muy decente para dormir. Con un restaurante muy majo donde empezamos a tomar contacto con los pescados islandeses.


Después de cenar continuamos por la misma carretera (la 1, la única) para conocer la zona, llegamos a Grundarfjördur más o menos a la hora de la puesta de sol (las 12 de la noche) y pasamos unas horas haciendo fotos en una playa y de una montaña que se reflejaba en el mar.



Día 27 de julio HELLISSANDUR- ISAFJORDUR

Este día cogíamos el Ferry a las 9 de la mañana hacia Isafjordur, de repente leemos que el check-in era media hora antes de la salida y nosotros habíamos calculado para llegar más o menos a las 9 así que salimos escopetados porque no llegábamos a esa hora, estábamos lejos, el ferry se cogía en Stykkishólmur llegamos por los pelos, cuando ya estaban todos embarcando, pero superamos esta prueba y empezamos a pasar frío, era un barco grande, pero nosotros queríamos estar en la cubierta para sacar todas las fotos posibles.

Conseguimos algunas fotos de puffins, unos pájaros muy simpáticos que luego veríamos más de cerca.


El ferry llega a Brjánslækur, cogimos el coche que habíamos embarcado con nosotros y empezamos el camino hacia Látrabjarg, un acantilado de 500m de caída donde anidan diferentes aves marinas, entre las que se encuentran las más buscadas, los frailecillos. Antes de llegar a Látrabjarg te encuentras un barco abandonado en la base de un fiordo cercano.


Antes de llegar allí pasamos por Tungurif donde hay una gigantesca playa de arena dorada.


Latrabjarg es una zona impresionante un acantilado de gran altura y además hacia un viento hipohuracanado. Daban ganas de echar a volar. Los puffins o frailecillos campaban a sus anchas por la zona superior de los acantilados, dejas el coche en un parking y subes andando hasta lo más alto del acantilado. Hicimos miles de fotos.




Nos vamos hacia Dynjandifoss, para llegar tenemos que dejar la “carretera” y tomar durante bastantes kilómetros una pista de tierra, para llegar a una gran cascada que estaba dividida como en tres partes, la superior era una catarata.



Llegamos a dormir al hotel Edda en Isafjordur, allí pasaríamos 2 noches. Una residencia de estudiantes muy limpia, ordenada, y aunque los baños son compartidos, no encontramos mucha gente para compartir. Los desayunos tipo buffet, donde podías hacerte los gofres en un aparato muy majo que nos costó aprender como se hacían pero que sería lo más requerido en los siguientes desayunos.

Día 28 de julio ISAFJORDUR

Después de desayunar cogemos el coche y nos vamos a ver fiordos, es apasionante entrar y salir de los fiordos, aunque al final se hace un poco cansado, porque son muchos kilómetros, pero los paisajes son preciosos.



En las praderas ovejas, y una cosa curiosa que también había leído en los foros y puedo confirmar, las ovejas siempre van de 3 en 3, no sé si tiene alguna explicación, nosotros no se la hemos encontrado, pero allí que estaban las ovejas, siempre en tríos. Nos contaron que las sueltan en verano por los prados para que coman y luego las recogen en invierno, como las vacas. :D


Por aquí no hay muchas carreteras, coges la única carretera que hay por allí y entras y sales de los fiordos, por el único sitio por donde se puede transitar con el coche.

Subimos hasta una gran bola que era un observatorio o una estación metereológica por una pista de tierra, y llegas a un gran parking desde donde se divisan en altura muchos de los fiordos del norte, donde no se puede llegar con el coche.

Regresamos a cenar a Isafjordur cenamos en un chino unos noodles, hicimos fotos del puerto y nos vamos a la cama.

Día 29 de julio ISAFJORDUR – LAUGARBAKKI (370km)

Salimos de Isafjordur pasando por los fiordos de la tranquilidad, vimos algunas focas en Hvamnstangi, y seguimos la ruta que hoy teníamos unos cuantos kilómetros por delante, llegamos a Hvitserkur una playa de arenas negras donde hay una formación rocosa que según la leyenda es un troll paralizado por los rayos del sol del amanecer cuando intentaba destruir el monasterio cristiano de Thingeyrar. Hay que aparcar el coche y andar un ratillo hasta el mirador desde donde se hacen unas fotos preciosas del lugar y bajar entre las rocas del acantilado hasta la playa para caminar por la arena, si la marea esta baja, hacia el troll que más que troll parece un elefante.


Llegamos a Laugarbakki, buscamos el hotel Edda que nos costó encontrar pero al final lo conseguimos por las banderas que indican el hotel. Cenamos y a dormir.

Día 30 de julio LAUGARBAKKI - AKUREYRI (275km)

Cogemos el coche en dirección a Akureyri, en el camino pasamos por Vidimiri donde hay una iglesia de barro y madera con el tejado cubierto de hierba típica construcción islandesa.


Después llegamos a Glaumbaer, un pueblo antiguo lleno de casas de barro con los tejados de hierba y en el interior los distintos gremios que habitaban antaño estas tierras.


Llegamos a Akureyri hicimos el check-in en el Edda y nos fuimos a Godafoss, uno de los saltos más grandes de Islandia, Se accede fácilmente en coche por la carretera principal (nº 1, la ring road) y se encuentra en el norte de la isla, entre la ciudad de Akureyri y el lago Mývatn.

Desde el aparcamiento principal se tiene una visión impactante de la cascada por su parte superior. Pero casi que la mejor zona donde observar la cascada en toda su amplitud es desde el otro lado del río. Para llegar aquí, hay que coger el coche y aparcarlo en la gasolinera que hay muy cerca del aparcamiento principal (se ve desde allí mismo). Una vez allí, se coge un caminito a pie que bordea el río, muy sencillo, que te lleva a un mirador que te permite disfrutar de una panorámica espectacular de la cascada. Desde aquí también se puede bajar hasta el pie de la cascada.


Ahora nos vamos a Husavik con la intención de ver ballenas, comemos en un restaurante en el puerto, el Gamli Baukur, es un restaurante muy majo, que se come bien, con vistas al puerto, y cogemos un barco hay dos empresas pero el precio es el mismo y van al mismo sitio. No conseguimos ver ninguna ballena, algún delfín grande pero nada más. Intento fallido, aún así el paseo era bonito, a la vuelta nos dieron un chocolate y una ensaimada para calentarnos.





Cenamos en Husavik ya que había varios restaurantes que tenían buena pinta, y andábamos un poco hartos de nuestra dieta de hamburguesas en las gasolineras. El restaurante se llamaba Salka, y tenía mucha variedad para lo que es Islandia.

Tenían puffins en la carta, pero después de haberlos visto tan bonitos en Látrabjarg nos dio pena comerlos y optamos por probar la ballena, que como esa no la habíamos visto :D

Volvemos a dormir al Edda de Akureyri, este fue el Edda que menos nos gusto, era muy grande, estaba a tope, y casi había que pelearse para pillar algo en el desayuno. Uffff con lo tranquilos que habíamos estado hasta ahora. A ver si va a masificarse esto. Y encima tenemos que estar 2 noches aquí, bueno, como hay muchas cosas para ver por aquí, solo será para dormir.

Día 31 de julio AKUREYRI

Nos levantamos a explorar esta zona, tenemos muchas cosas para visitar. Empezamos por el lago Myvatn, Reykjahlid es el pueblo principal del lago, aunque no deja de ser una pequeña aldea con una gasolinera-supermercado, como la mayoría. Suele ser el punto de partida para comenzar a recorrer el lago, que tiene 30 km de perímetro.

Hay distintas zonas para dejar el coche y hacer pequeños paseos por la orilla. Escogemos uno de ellos.

El nombre de Myvatn significa Lago de los Mosquitos, y en algunas zonas hay miles (no son mosquitos de los que pican, son como minimoscas), pero mejor estar callado por si te tragas alguno.
Dentro del propio lago hay formaciones volcánicas, algunos son pequeños volcanes extinguidos, y otras formaciones de lava de curiosas formas.


Seguimos por la zona y a la orilla del lago accedemos a un volcan al Hverfjall, es un volcán de tierra y arena muy fina. por el que se puede subir hasta el cráter. La subida es impresionante y bastante dura, hay mucha gente. Pero desde arriba tienes unas vistas espectaculares de toda la zona, otros volcanes, fumarolas, el lago.




Descendemos y buscamos la grieta de Grjotagjà, nos costó encontrarla porque es un pequeño agujero en la roca, pero dentro tiene una pequeña laguna azul de agua caliente, que merece la pena las vueltas que hemos dado para encontrarla. Bajamos por unas piedras hasta el ras de la laguna. Descenso moderado, saltando por las piedras.


Nos vamos a la zona geotermal de Namaskard, es una zona plagada de fenómenos volcánicos, pozas hirviendo, fumarolas, barro en ebullición, etc. Se puede visitar por unos paseos habilitados para ello.






Alli hay un complejo de piscinas naturales, donde la gente se baña como si fuera la piscina pública. Tiene buena pinta, lo dejaremos para mañana que hoy tenemos muchas cosas que ver.



Ahora nos vamos al volcán Krafla, es un volcán activo que incluso comentaron que igual le tocaba este año volver a entrar en erupción, así que fuimos con pies de plomo, pero tuvimos suerte y no pasó nada. El paseo es precioso, hay distintas rutas por el campo de lava, el silencio, los mares de lava negra, pensar en que eso siguiera vivo…fue una sensación maravillosa. Este volcán no es el típico con forma de cono sino que es de fisura, por lo que si explotara la lava saldría por las grietas.



Después nos vamos al crater Viti, otro volcán, en cuyo crater hay un lago de aguas verdes. Se puede rodear el crater, pero nosotros nos conformamos con tirar algunas fotos.


Ahora nos vamos a ver cascadas en el parque de Jokulsargljufur., la primera es Dettifoss, no hay palabras para describir la grandiosidad de esta cascada, tiene un caudal de agua impresionante, después de una caminata llegas hasta lo más alto de la cascada, desde allí oyes la fuerza del agua caer y te sientes diminuto junto a ella. Incluso cuando venía el viento te salpicaba con el agua de la cascada. Tiene una altura de 44m, así que imaginaros la caída.



Subiendo el camino unos 100 m más arriba llegamos a Selfoss, también es una cascada muy grande pero es más abierta y no da tanta sensación de grandiosidad como la anterior. “Solo” tiene una altura de 11m.


Seguimos el camino por otra pista esta vez con el coche y llegamos a Hafragilfoss, ésta se ve desde arriba del cañón y entonces no parece tan impresionante, pero es bonita también.


Y ahora ya nos volvemos para el hotel que ha sido un día espectacular, grandioso, y maravilloso. Estamos impresionados de la fuerza de la naturaleza en estos paisajes.

Día 1 de agosto AKUREYRI-EIDAR (340km)

Antes de hacer todos estos kilómetros, y con la perspectiva de no parar mucho por el camino, decidimos irnos a las piscinas Nature Bath que habíamos visto el día anterior cerca del lago de Myvatn. Ese lago semi natural de agua caliente.

Cogimos los bañadores y como el que entra a la piscina pública nos cambiamos en los vestuarios y nos vamos a la “pisci”, echaba humo y olía a huevos podridos que apestaba, pero oye, la gente parecía feliz dentro, así que nos animamos a ir para dentro.

Dielen y yo entramos las primeras, las más valientes, nos siguió Jose que también se atrevió rápido, la verdad es que el agua estaba tan caliente, que impresión ninguna. Nacho se quedó haciendo la foto de rigor, y cuando estaba bajando la rampa para meterse en la piscina, zassssss, se oye un chapoteo, se vacía la mitad de la piscina, nos dimos la vuelta para ver que había pasado, y era Nacho que se había resbalado con el barro que había en el fondo de la piscina, que la gente lo usaba incluso, para hacerse un peeling, y se había pegado una ostia de campeonato.

Después de comprobar que no se había abierto la cabeza y de las consabidas risas, pasamos a disfrutar del agradable baño de agua caliente, en el exterior habría unos 15 grados, así que se notaba un gran contraste cuando sacabas los brazos del agua.

Fue un baño muy agradable que repetiría con gusto en cualquier ocasión.

Salimos del agua, recogimos nuestras pertenencias, ya que había que quitarse todas las joyas, pues esa agua debía corroer hasta lo incorruptible y seguimos la marcha.

Nos vamos buscando la cascada Hengifoss, está en lo alto de una montaña y es un gran chorro de agua que cae sobre un acantilado de color rojo y negro, el ascenso hasta la cascada es bastante duro, ya que hay que dejar el coche en un aparcamiento al lado de la carretera y ascender toda la ladera hasta llegar a la cascada, la peor situada de todas las de Islandia, que hasta ahora no habíamos tenido que hacer grandes escaladas para llegar a ellas.

En el camino pasábamos por unos acantilados de gran altura que daban un vértigo impresionante, casi me doy la vuelta.

Pero la subida se compensa viendo otra bonita cascada Islandesa.


Seguimos el camino y vamos entrando en los fiordos del este, la carretera continua pero nos vamos metiendo por pistas que nos llevan hasta cada uno de los fiordos, el primer fiordo fue Seydisfjordur, para entrar en los fiordos había que atravesar la cordillera paralela a la costa, entonces las carreteras se convertían en un subir y bajar montañas, hasta llegar al mar. En este fiordo llegabas a un pueblo, bastante grande para los pueblos que habíamos visto hasta ahora, con un gran puerto.


Desandamos el camino y pasamos al siguiente fiordo que era Mjoifjordur, otro subir y bajar de carretera hasta llegar al fiordo.


Según bajábamos al fiordo encontramos este lago con el trio característico de ovejas islandesas.


El último que vimos fue Eskifjordur, la peculiaridad de este fiordo es que el camino sinuoso estaba lleno de cascadas, que paramos a fotografiar en cada vuelta.




Después de tantas curvas y subir y bajar llegamos al hotel Edda en Eidar un pueblo cercano a Egilsstadir que es una de las ciudades grandes de Islandia, teniendo en cuenta que aquí grande tampoco quiere decir tanto. Pero es donde se aloja la gente que viene de los cruceros que llegan al puerto cercano y que vienen de Dinamarca, Noruega y las Islas Feroe. También hay una gran fábrica de pescado abandonada.

Dia 2 de agosto EYDAR – HOFN (280 km)

Llegamos directamente a Hofn, haciendo algunas paradas intermedias para fotografiar la costa.



Comimos en el puerto y dejamos las cosas en el Hotel Edda Nesjaskoli, que está a unos 5 minutos en coche de Hofn.
Cogimos el coche y nos fuimos a Jokulsarlon, es un lago con salida al mar que quedará para siempre entre nuestros sitios preferidos. Aparcas el coche junto al lago y empiezas a ver cientos de iceberg flotando en el lago. Las diferentes gamas de azules en el hielo son difíciles de describir, intentaré poneros algunas fotos para que lo podáis apreciar, aunque la realidad supera con mucho estas imágenes. Está lloviendo, pero no importa, la visión del lago y el hielo hace que se te olvide todo lo que pasa a tu alrededor. Incluso hay focas en el lago. Luchando contra la corriente que las quiere llevar al mar. Ya era tarde y con esta imagen en nuestras retinas nos volvimos al hotel para soñar con lo que haríamos al día siguiente.



 

Día 3 de agosto. HOFN

Hoy aunque el día no es perfecto, por lo menos no llueve, después del desayuno buffet del hotel, nos dirigimos a ver los glaciares.
El primero, Skallafellsjokul, es un glaciar inmenso, hay un camino por un lateral por el que puedes ascender y acercarte al hielo.



Eso hicimos y tras un montón de fotos volvimos a coger el coche para ir a Svartifoss, una cascada. En la zona hay varios caminos que te llevan hasta la cascada, cogemos uno, pasando por rios y pequeñas cascadas hasta llegar a Svartifoss, que después de la caminata nos defraudó un poquito, continuamos el camino para descender por la otra vertiente de la montaña y aprovechar para ver desde la altura un inmenso glaciar.




Volvemos a coger el coche y paramos en otro glaciar, Flaajokull, que también tenía un lago y había gente con un kayak paseando entre los iceberg.


El día se empezaba a estropear, llegamos de nuevo a Jokulsarlon antes de que empezara a llover y cogimos un barco muy curioso que tienen para dar una vuelta por el lago. El barco es un vehículo anfibio, te recoge en tierra y se adentra en el lago. Junto al barco llevábamos una zodiac a modo de escolta, por si alguien se caía al lago, sacarlo inmediatamente, porque supongo que con la temperatura a la que tenía que estar el agua, un minuto dentro, era congelación segura.



El paseo en el barco fue impresionante, nosotros ya estábamos impresionados del día anterior y solo habíamos visto una pequeña parte del lago. Pero el barco te hace una ruta por el interior y puedes apreciar cientos de iceberg de todos los tamaños y formas y con sus miles de tonalidades azules.

No os cuento la cantidad de fotos que pudimos tirar, además el tiempo nos respetó y aunque no hacia un día maravilloso, no acababa de llover.







Bajamos del barco y nos fuimos a la playa, nunca había visto una playa así, estaba llena de trozos de hielo del glaciar, tanto la arena negra como el mar. Dimos un paseo por la playa, entre trozos de hielo y viendo las focas como llegaban arrastradas por la corriente desde el lago.





Ha sido un día muy intenso viendo las maravillas del hielo, nos vamos a cenar a Hofn al restaurante Humarhofnin, un restaurante que está al final de puerto, uno de los pocos que podemos recomendar por Islandia, la especialidad son los langostinos y realmente después de haber estado comiendo hamburguesas nos supieron a gloria. Merece la pena, es un poco caro, pero el marisco siempre es caro.

Día 4 de agosto HOFN – KIRKJUBAEJARKLAUSTUR (205 km)


Después de desayunar volvimos a Jokulsarlon, y nos despedimos de nuestro lago favorito, dirigimos nuestros pasos hacia Vik pero antes paramos a ver un pueblo típico de casas de madera con tejados de hierba presidido por una cascada en lo alto de la montaña, el pueblo se llamaba Nupstadur.

Antes de llegar a Vik paramos de nuevo para ver la cascada de Fagrifoss, una cascada que estaba junto a la carretera con un gran salto de agua.




Llegamos a Vik y por fin llevamos a Dielen a la playa, aunque no le gustó, porque no había sombrillas ni chiringuitos, ni tampoco daban muchas ganas de bañarse porque el agua tenía pinta de estar congelada.


Era una playa de arenas negras, muy larga y muy bonita.

Cogimos el coche y nos dirigimos a Reynisdrangar que es una playa que tiene unos acantilados muy curiosos de roca basáltica y unos islotes con formas curiosas.




Después nos vamos al Faro de Dyrhólaey desde donde se ve también una gran playa, y las rocas forman curiosos puentes naturales.




Llegamos a la cascada de Skogafoss , dimos un paseo por una campa para llegar a la cascada y nos pusimos de mierda de caballo hasta arriba. La cascada es también muy bonita, no sabría clasificarla entre todas las que habíamos visto, cada una tiene su encanto, está era una caída vertical entre unos acantilados y te podías acercar hasta el pie de la cascada, pero te calabas hasta los huesos. Así y todo nos acercamos lo máximo posible.



Esta zona está cerca del volcán Eyjafjallajokull, ese que había intentado fastidiarnos las vacaciones un par de meses antes, pero que no lo consiguió, por lo tanto toda la zona estaba negra, llena de ceniza volcánica, pero que mezclada con el verde de los prados tenía una belleza increíble.


Decidimos acercarnos hacia el volcán, a ver hasta donde podíamos llegar, cogimos una pista que nos llevó entre granjas hasta una montaña que estaba delante del volcán y nos lo tapaba. Y eso es todo lo que nos acercamos al volcán de nombre impronunciable que había estado en todos los periódicos del mundo, por la que había liado con las cenizas que escupió a la atmósfera y que provocó el mayor caos aéreo de la historia de los aeropuertos europeos.

Nos volvemos a dormir al hotel Edda-Klaustur.

Día 5 de agosto KIRKJUBAEJARKLAUSTUR – HVOLSVOLLUR (160 km)

Hoy la ruta nos lleva a Landmannalaugar, hemos leido en los foros que es una ruta por una pista en la que hay que cruzar ríos con el coche. Yo voy acojonada. En fin, a ver que nos depara el día.



Se coge la carretera 1 (la única que hay en Islandia) y luego nos desviamos en una pista, por la carretera 26 (hay un cartel con la indicación de Landmannalaugar) Un desvío nos lleva a la F225, otra pista no se si decir que peor que la anterior, o simplemente muy parecida.

La aventura empieza cuando nos cruzamos con el primer río, empieza el cague, las indicaciones dicen que te bajes del coche y mires el caudal del río para ver si el coche puede pasar sin complicaciones.

En la primera no llegamos a bajarnos del coche, solo paramos para observar la zona y ver como tomábamos el camino correcto, había rodadas de 4x4 y decidimos seguirlas. Pasamos despacio, yo con mucho miedo, pero sin problemas, luego veríamos las fotos y realmente eran como charquitos, jajaja.

En la siguiente que había más agua había un par de coches parados analizando como pasar, y les seguimos sin más complicaciones. Eso si, Jose se bajó del coche, pero solo para inmortalizar el momento.


Durante la ruta pasamos por montañas de los más diferentes colores, en algún sitio he leído que dicen que cuando Dios creó el mundo aquí fue donde probó su paleta de colores. Azules, negros, verdes, rojos, ocres, amarillos, naranjas, blancos… realmente no soy muy creyente pero os aseguro que estaban todos estos colores en las montañas. Un paisaje digno de ver, aunque sea pasando el susto de cruzar ríos con el todoterreno.



El verdadero pánico me entró (porque los demás siempre dirán que a ellos no) cuando llegamos al final de la carretera, el camping de Landmannalaugar. Allí si que había un río que yo no creía que pudiéramos cruzar, en ese momento Jose conducía y Nacho se pegó un rodeo para sacar la foto desde el otro lado del río.

Y allá que vamos, yo con los ojos cerrados, el agua casi nos llegaba a las ventanillas (estos dirán que es una exageración, viendo el video ahora soy consciente de que lo es, porque solo llega hasta las ruedas) pero os juro que casi me da un ataque. Logramos cruzar sin problemas, el coche no se quedó en medio del río que es lo que me temía y llegamos al camping.



El camping, aunque parezca mentira por estar en medio de la nada más absoluta estaba lleno de tiendas de campañas, y tenía las instalaciones que cualquier camping pueda tener, aseos, duchas, mesas, barbacoas), y junto a él había un río que echaba humo, como muchos de los de Islandia, era de agua caliente. O sea que ni siquiera necesitaban piscina, tenían un río, y además calentito. Que gozada.



Dimos un paseo por la zona, admirando la inmensidad de todo lo que nos rodeaba, hicimos miles de fotos tratando de captar cada uno de los matices de color que tenían las montañas. Es un sitio mágico.




Volvimos a coger el coche y nos volvimos internar en la pista, intentamos salirnos por alguna pista, pero no controlábamos demasiado el 4x4 y en alguna cuesta nos entró el acojono y decidimos darnos la vuelta y volver a la pista principal que no es que fuera una autopista pero comparada con las otras secundarias, podía llegar a parecérnoslo.


Pasamos entonces por un gran campo de lava negra, como gravilla. Un silencio absoluto, nadie a nuestro alrededor, campo de lava del volcán Hekla, que estaba activo todavía. Impresionante.



Volvimos dirección Vik y nos acercamos a Seljalandfoss, otra catarata de las espectaculares de Islandia, tiene la peculiaridad de que se puede pasar por detrás del agua. Esta situada entre Sellfoss y Skógar. Cuando llegamos, que se aparca el coche casi al pie de la catarata, había una manada de caballos que parecían salvajes, era una preciosa estampa, la catarata, el verde de los alrededores, los caballos salvajes. Se hace una pequeña ruta por detrás de la catarata, oyendo como cae el agua y disfrutando de toda su inmensidad.





Ahora nos vamos camino del glaciar Gigjokull, desde la cascada de Seljalandfoss había una pista que iba subiendo el cauce de un río, había que ir cruzando diferentes riachuelos, pero como ya habíamos pasado por Landmannalaugar, esto nos parecía una tontería hasta que llegamos a un gran río, el cual yo me negué a cruzar, ya había pasado demasiadas emociones ese día. Y ese si que me pareció que de ahí no saldríamos.

Cuando estábamos decidiendo que hacíamos pasó un todo terreno que no dudó tanto como nosotros y se metió en el río, a ese si que le llegaba el agua a las ventanillas, cuando llegó al otro lado se bajó y todo, yo creo que le temblaban las piernas, al mirar por donde había pasado y lo malo, es que luego tenía que volver por el mismo camino.



De vuelta volvemos a Skogafoss, la catarata que se podía llegar hasta el pie mojándose un montón, porque ahora nuestro hotel Edda Skogar estaba al lado de la cascada.

Día 6 de agosto HVOLSVOLLUR- LAUGARVATN (100 km)

Nos pegamos el desayuno de rigor de los EDDA y nos dirigimos a Laugarvatn pero en el camino nos paramos en Keryd, un pequeño crater con una laguna verde en su interior.


Ahora nos vamos hacia el triangulo de oro, que lo comprenden Geysir, el parque natural de Thingvellir y Gullfos.

Llegamos a Geysir, es una zona llena de pozas hirviendo, y con la mayor atracción turística de toda Islandia, no habíamos visto tanta gente como allí en ningún otro sitio de la isla. Llegan autobuses llenos de personal porque ya está muy cerca de Reykjiavik.


Y la mayor atracción turística es un Geyser, Strokur. La verdad es que merece la pena la visita a pesar de la gente, te pones alrededor de una gran poza de agua hirviendo y empieza a hacerse una burbuja azul gigante que va creciendo, creciendo y creciendo, hasta que explota y lanza un chorro de agua hacia el cielo. En ese momento tú pegas un salto hacia atrás porque te pegas un susto increíble cuando explota. Muy emocionante.





En la zona hay otros Geyseres pero ya están extinguidos, según nos contaron, en otros tiempos echaban jabón dentro del geyser para acelerar el proceso y que los turistas no tuvieran que esperar los 4 o 5 minutos que hay entre una explosión y otra, así que al final se lo cargaron. Lástima que el turismo acabe con estas cosas tan maravillosas.


Nos vamos hacia Gullfoss, una catarata que nos impresionó menos que las anteriores porque estaba abarrotada de gente, se da un pequeño paseo hasta la catarata, también tiene un gran cauce de agua y es bonita, y llegas hasta un promontorio justo al lado de la cascada.





Ahora nos vamos al parque natural de Thingvellir, que significa llanuras del Parlamento, y es porque allí los primeros colonizadores fundaron el Parlamento nacional más antiguo del mundo, hay unas gradas naturales de piedra que servían de escaños.



El parque destaca porque es un lugar visible donde se unen las placas tectónicas de América y Europa.


También hay una pequeña catarata, pero que comentaban que era artificial.


Está lloviendo a todo llover así que decidimos volver al día siguiente.

Nos vamos a cenar a Laugarvatn en el restaurante Lindin Bistro Café. Un sitio muy original, con unos platos muy ricos.

Día 7 de agosto REYJKIAVIK – MADRID

Por la mañana volvemos al parque natural de Thingvellir para recorrer la zona a pie, aprovechando que hoy no llueve.

Después del paseo, nos vamos a Reijkiavik, hacemos shopping day por las tiendas de por allí, y nos vamos al aeropuerto que nuestro avión salía a las 4 de la tarde dirección Madrid.

Había sido uno de los viajes más bonitos que habíamos hecho, Islandia nos sorprendió por todo, habíamos visto la naturaleza en estado puro.

No habíamos tenido que cambiar ni un euro, todo se podía pagar con la tarjeta de crédito. Así que nos habíamos ahorrado una pasta con las comisiones que se llevan los bancos por cambiar moneda.

Comentarios

  1. Hola Ana, he estado leyendo los relatos de tus viajes, tanto el de Alaska, como el de Cánada como el de Islandia, que son tres lugares que me llaman muchísimo la atención. En realidad, mi ilusión es desde hace muchos años ir a Alaska, pero despues de leer tu viaje, me he quedado algo decepcionada, parece que en comparación con los otros no lo disfrutaste tanto, y la verdad es el que presupuesto es un palo. Por eso te pregunto, según tu experiencia, para ver naturaleza y animales, cual de los tres destinos me recomendarías. Un saludo y gracias por compartir tus vivencias.

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    1. Pues mira Nuria, ciertamente me ha decepcionado, no se si esperaba demasiado, y a veces pasan esas cosas, cuanto mas esperas menos encuentras y al revés.

      Yo sin duda, conociendo los dos, en cuanto a naturaleza y animales me quedo con Canada.
      Los parques del oeste de Canadá son impresionantes y cercanos. Con cercanos me refiero a accesibles. Puedes llegar a cualquier sitio con el coche y luego hacer las rutas andando que elijas, los lagos son de un color increíble, los de Alaska me parecieron charcas mas o menos grandes, también es verdad que en Alaska me hizo mal tiempo y eso influye en la luz y el color del agua. Pero en Canadá hay unas cataratas impresionantes y en Alaska no me lo parecieron tanto. Y en cuanto animales, en Canadá vimos muchos, en cualquier lugar. en Alaska había que pagar para que te llevaran en avioneta a los lugares mas recónditos donde suelen estar. No se, Alaska me pareció menos accesible. Lo único distinto en Alaska que no puedes hacer en Canadá es llegar con un barco hasta el pie de un glaciar, pero también cuesta una pasta. Aunque ver los iceberg en el mar y oír como se rompe el hielo, es una experiencia inolvidable. Y eso que nosotros habíamos estado en el Perito Moreno de argentina, y aunque este es mucho mas grande, el glaciar de Alaska también tiene su encanto

      Y luego esta Islandia, pero este destino no lo puedo comparar con los anteriores. Islandia es otro mundo, naturaleza en estado puro. Salvaje total, increíble, pero volcánica. Ya no hay lagos ni montañas verdes. Es una paleta de colores que no habrás visto en ningún otro sitio. Por compararlo con algo que igual conoces es como el Timanfaya en Lanzarote pero a lo bestia. Todo nos sorprendió en Islandia porque es tan diferente, los glaciares son bestiales, las cataratas grandes y salvajes. Animales no vimos muchos, aunque depende de la época puedes ver ballenas en husavik, nosotros no llegamos a verlas, pero la experiencia de volar en un acantilado con cientos de puffins es algo que no olvidare nunca, así como ver las pozas hirviendo y sentir el calor de la tierra.


      Espero haberte ayudado, cualquier cosa que quieras, aquí estoy para compartir mi experiencia, pero ya sabes que esa es solo mi impresión, cada viaje es distinto y a cada persona le parece de distinta manera.

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  2. Hola Ana. Después de darle muchas vueltas, de leer y ver fotos y con sentimientos contradictorios en mi corazón, jejeje, hemos decidido por mayoría, es decir dos de dos, que nos vamos a las Rocosas Canadienses y seguramente a la isla Vancouver (Victoria). No ha sido fácil, pero creo que la naturaleza "domesticada" de Canadá nos va a ser más sencilla y abarcable, especialmente a mi marido que no es tan aventurero como yo, que la Gran Alaska.Eso no quita, que Alaska siga siendo un sueño y quizás algún día...
    Pues ahora lo primero es decidir por donde entrar, Calgari, Vancouver o Seattle, (en Seattle ya estuvimos y aunque nos gustó mucho, quizás, por ver otras cosas sería mejor entrar por Vancouver) ya veré en función de los kilómetros y precios del pasaje y del alquiler, luego ya me pondré con la ruta, los días que le quiero dedicar a cada lugar... Pues lo dicho, que muchas, muchas gracias y aunque me queda una vida para agosto estoy superilusionada. Voy a leer con detenimiento todo tu viaje y espero que eches una manita, prometo no darte mucho trabajo,jejeje a ver si voy dando forma al viaje. Saludos

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  3. Que bonita cronica gracias por compartirlo. Me encanta concocer nuevos lugares y no conocia mucho de Islandia, gracias a las fotos y tu narracion hoy conoci- Espero algun dia como tu lo hiciste visitar ese hermoso lugar

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